¿Tu bebé se rasca con frecuencia, tiene la piel enrojecida, seca o con costras? Es posible que esté sufriendo de dermatitis atópica, una condición crónica que afecta la piel y puede causar incomodidad o incluso dolor. Aunque puede ser preocupante para cualquier padre, con el tratamiento adecuado, es posible controlar la dermatitis atópica en bebés y mejorar significativamente su calidad de vida.
En este artículo te explicamos a detalle qué es la dermatitis atópica, cuáles son sus síntomas y las mejores formas de tratarla. También te brindamos consejos prácticos para mantener la piel de tu bebé sana y protegida. Recuerda que cada bebé es único. Antes de autodiagnosticar a tu pequeño, es fundamental consultar a un dermatólogo para obtener la mejor solución adaptada. ¡Sigue leyendo y descubre cómo cuidar la delicada piel de tu bebé!
¿Qué es la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica, como mencionamos, es una afección crónica e inflamatoria de la piel que se manifiesta principalmente mediante erupciones y enrojecimiento. Aunque puede presentarse en personas de todas las edades, es especialmente frecuente en la infancia, sobre todo en los primeros años de vida. Su gravedad varía, desde pequeños parches de piel seca hasta áreas extensas de inflamación y picazón intensa, que pueden derivar en lesiones.
Una característica clave de la dermatitis atópica es la alteración de la barrera cutánea, lo que provoca una pérdida excesiva de hidratación y aumenta la vulnerabilidad de la piel ante irritantes y alérgenos ambientales. En los bebés, esta situación es aún más delicada, ya que su piel es más fina y sensible, por lo que es menos resistente a los factores externos. A continuación, te explicamos las diferencias entre la piel de un bebé y la de un adulto.
Diferencias entre la piel de un bebé y la de un adulto
La piel de los bebés, aunque tiene funciones similares a la de los adultos, presenta algunas diferencias importantes que explican su vulnerabilidad:
Fina y delicada
La piel de un bebé es aproximadamente un 30% más fina que la de un adulto, lo que la hace más propensa a irritaciones y lesiones. Esta fina capa protectora no solo es más sensible al tacto, sino que también pierde agua más rápidamente, aumentando el riesgo de deshidratación.
pH más básico
El pH de la piel de un bebé es ligeramente más básico en comparación con el de los adultos, lo que reduce su capacidad para defenderse de bacterias y otros microorganismos potencialmente dañinos.
Producción de sebo
Al nacer, debido a la actividad hormonal materna, la piel del bebé produce más sebo que la mantiene hidratada. Sin embargo, esta producción disminuye drásticamente a partir de los dos meses de edad, dejando la piel más seca y vulnerable.
Menor producción de melanina
Los melanocitos, las células que producen melanina, son menos activos en los bebés, lo que hace que su piel sea más susceptible a los daños solares. Por ello, se recomienda evitar la exposición al sol directo durante los primeros meses de vida.
Mayor absorción y pérdida de agua
Al no estar completamente madura, la piel de los bebés permite una mayor pérdida o absorción de agua, aumentando el riesgo de deshidratación y otros problemas relacionados con el equilibrio hídrico.
Con el tiempo, estas diferencias desaparecen y la piel del bebé se asemeja a la de un adulto. Sin embargo, durante los primeros meses de vida, es fundamental brindar un cuidado especial para prevenir afecciones como la dermatitis atópica, la cual puede desencadenarse por diferentes causas.
Causas de la dermatitis atópica en bebés
Según especialistas, la dermatitis atópica en bebés no tiene una causa única y podría ser el resultado de varios factores:
1. Genética
La predisposición genética es uno de los factores más fuertes en el desarrollo de la dermatitis atópica. Si los padres tienen antecedentes de esta condición, alergias o asma, es más probable que el bebé también la desarrolle.
2. Sistema inmunológico
Un sistema inmunológico hiperactivo puede desencadenar respuestas inflamatorias exageradas en la piel, que agravan los síntomas de la dermatitis atópica.
3. Ambiente
La exposición a contaminantes, humo de tabaco y ciertos productos químicos irritantes puede aumentar la severidad de la dermatitis atópica. Además, factores como la humedad baja o el contacto con tejidos ásperos pueden empeorar la condición.
4. Alérgenos alimentarios
En algunos casos, los bebés con dermatitis atópica pueden tener sensibilidad a ciertos alimentos, lo que puede agravar sus síntomas.
En todos los casos, independientemente de la edad del bebé, es fundamental consultar a un pediatra para identificar las causas y cuidados adecuados, ya que esta condición puede presentar una variedad de síntomas, los cuales explicaremos a continuación.
Síntomas de la dermatitis atópica en bebés y las zonas más afectadas
La dermatitis atópica en los bebés puede manifestarse de diversas maneras. Aunque no es contagiosa, sus síntomas suelen generar preocupación en los padres y afectar el bienestar del bebé. Aquí te compartimos los principales signos para que puedas identificarlos y brindar el mejor cuidado a tu pequeño.
- Picazón intensa: Este es uno de los síntomas más molestos, que puede interferir significativamente con el sueño y el confort del bebé. El rascado continuo puede llevar a infecciones y complicaciones adicionales.
- Piel seca: La piel afectada por la dermatitis atópica suele sentirse áspera, deshidratada y, en algunos casos, escamosa.
- Lesiones rojas: Estas son áreas de la piel que se inflaman, enrojecen y pueden estar calientes al tacto. En casos severos, estas lesiones pueden supurar o formar costras.
- Erupciones: Las erupciones pueden variar desde pequeñas pápulas (pequeñas protuberancias rojas) hasta vesículas (pequeñas ampollas) que pueden romperse y formar costras.
Si la afección persiste o la erupción se presenta con color violáceo, costras, piel supurante o ampollas, es fundamental acudir con un especialista.
Zonas donde se presenta dermatitis atópica en bebés
La dermatitis atópica en bebés suele presentarse en varias zonas del cuerpo, siendo más común en las siguientes:
- Cara y mejillas: En muchos casos, la dermatitis atópica comienza en la cara, especialmente en las mejillas, causando enrojecimiento y resequedad en la piel.
- Cuello: El área del cuello también puede ser afectada, presentando irritación y picazón.
- Pliegues de los codos y rodillas: A medida que los bebés crecen, los pliegues de los codos y detrás de las rodillas se convierten en áreas comunes donde aparece la dermatitis atópica.
- Torso: En algunos casos, el torso puede mostrar signos de dermatitis, con parches de piel seca o irritada.
- Muñecas y tobillos: En los bebés más activos, estas zonas pueden verse afectadas por la fricción y el movimiento constante.
Sabemos que la dermatitis atópica en bebés puede ser desafiante, pero con el cuidado adecuado y la orientación médica adecuada, es posible controlarla de manera eficaz.
Cuidados esenciales para la dermatitis atópica en bebés
El manejo de la dermatitis atópica en bebés requiere una combinación de cuidados diarios, medidas preventivas y, en algunos casos, tratamiento médico. Aquí te ofrecemos algunos consejos clave para ayudar a prevenir y controlar esta condición:
1. Busca un dermatólogo
El primer y más importante paso es consultar a un especialista en piel para obtener recomendaciones específicas sobre cómo cuidar la piel de tu bebé. Como ya mencionamos, contar con la asesoría de un experto es esencial para comprender la dermatitis atópica y seguir el tratamiento más adecuado.
2. Hidratación diaria
Aplicar cremas y emolientes hipoalergénicos después del baño para sellar la humedad en la piel y prevenir la sequedad. Asegúrate de usar productos que sean aptos para su delicada piel, como el AtopiControl Bálsamo, que se puede usar en bebés y niños a partir de 3 meses.
3. Baños cortos y tibios
Evita el agua caliente, que puede secar la piel. Mejor utiliza agua tibia o templada.
4. Evitar irritantes
Aplica limpiadores suaves sin fragancias para minimizar la irritación, pH5 Syndet Gel podría ser una buena opción ya que está formulado con Sistema Eucerin pH Balance que ayuda a estabilizar el pH ideal de la piel. Recomendamos que consultes con su pediatra o dermatólogo para elegir los productos adecuados.
5. Opta por ropa de algodón
Y asegúrate de lavar la ropa del bebé con detergentes suaves y sin perfumes.
6. Control del ambiente
Mantén una humedad adecuada en el hogar, especialmente en climas secos, y usa un humidificador si es necesario.
7. Hidratación interna
Aunque los bebés no deben consumir agua en exceso, asegúrate de que estén bien hidratados, especialmente si ya están tomando líquidos adicionales a la leche materna o fórmula.
8. Control del rascado
Mantén las uñas del bebé cortas y suaves, y considera el uso de guantes de algodón para evitar que se lastime al rascarse.
Tomar estas medidas puede mejorar significativamente la calidad de vida de tu bebé, permitiéndole sentirse más cómodo y disfrutar de una piel más sana.
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Fuentes
- Mayo Clinic. 15/04/2024 Dermatitis atópica (eccema).
- Nationaleczema.org. Dermatitis atópica.
- NIH. Noviembre del 2022. Dermatitis atópica.
- My.clevelandclinic.org. Atopic Dermatitis.
- Mayo Clinic. 15/04/2024 Cómo tratar el eccema del bebé.